Basada en el libro homónimo de Gilles Lipovetsky
i Jean Serroy, Pantalla Global muestra el poder de la pantalla en todas sus
vertientes: seducción, espectáculo, creación de arquetipos y modelos,
interactividad, vigilancia... en forma de exposición en el CCCB.
En su diseño de diamante estrellado van
precipitándose las celebridades de la historia. Parpadeantes, aparecen
una a una las estrellas que marcaron una época. Desde Charles Chaplin;
Frankestein; la protagonista de Mago de Oz, Judy Garland; Audrey Hepburn;
Marisol; Clint Eastwood; Antonio Banderas; Tom Cruise hasta la intrépida
familia norteamericana, Los Simpsons. De sepia y monocromo a todo color,
aparecen rostros nada olvidados. Es el Imperio de las estrellas, la pantalla a
modo de prólogo que conforma la exposición Pantalla Global, en el Centro de
Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Pero las nuevas celebridades se van
apoderando de la pantalla a modo del puzzle ruso Tetris. “La primera
pantalla es una pantalla de seducción, que cautivó a las masas proponiendo una
imagen subliminal de la belleza”, comenta Joana Abrines, periodista
responsable de la documentación y la producción audiovisual de la exposición.
Abandonar todo lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Renovarse o morir.
En la Historia, como en la nuestra, hay
períodos negros. Son períodos que no recordamos, de los que tan solo tenemos
alguna noción a partir del relato de alguien. Las imágenes se presentan
ágilmente, al compás del ritmo de la música conformando una auténtica explosión
de representaciones. En diagonal, de arriba a abajo, de derecha a izquierda.
Las fotografías aparecen y desaparecen justamente para poder identificarlas con
la ayuda del año en que tuvieron lugar indicado en la parte inferior izquierda.
Freud, la Primera Guerra Mundial, Stalin y la Revolución rusa de 1917, Hitler y
el exterminio judío, el atentado de las torres gemelas el 11 de setiembre de
2001, Fukushima, el 15-M... son hechos, sucesos históricos conocidos por todos.
Sin embargo, tal como me advierte Joana Abrines, “son precisamente hechos
conocidos porque alguien se ha parado a inmortalizarlos”. Y, más aún,
no todos los momentos históricos han sido fotografiados o grabados.
De este modo, sigue la periodista, “se han incluido estos períodos
negros, como el genocidio armenio, el Holocausto y el genocidio camboyano”.
Escenas en que los dictadores y líderes
políticos muestran su “faceta más personal y familiar” consiguen manipular a la
masa, al rebaño sin criterio. La pantalla también es utilizada por el poder
para mostrar aquello que le interesa o, por el contrario, apartar y esconder
aquello que pueda despertar polémicas contra éste. “Las pantallas se han puesto
al servicio del discurso político a partir del cine y después, con la
televisión se difunde otro modelo, el de la comunicación política” afirma
Abrines mientras aparece Franco junto a su mujer y su hija, quien manda un
mensaje a los “niños alemanes”.
Las apariencias engañan, los sentidos pueden
confundirnos... ¿Influye el medio, el canal de comunicación en la información y
más aún en la formación de la opinión? ¿Damos más importancia a la forma, a la
presentación de la información que al contenido propiamente dicho? Son
suposiciones que pueden surgir ante el primer debate televisivo de la historia.
Sudoroso, pálido y sin maquillar aparecía el candidato republicano, Richard
Nixon; mientras que su oponente, el demócrata John Fitgerald Kennedy, lucía un
buen aspecto, descansado, más relajado y seco. “Todos aquellos que siguieron el
debate por televisión dieron a Kennedy por vencedor y, en cambio, aquellas
personas que lo siguieron por la radio daban por vencedor a Nixon” –explica
Joana Abrines mirándome con curiosidad. Con todo, el 8 de noviembre, Kennedy
venció a Nixon en una de las elecciones presidenciales más reñidas del siglo
XX.
Quizás lo que Nixon necesitaba era un buen
desodorante, como el que anunciaba el desodorante alemán en forma de lápiz BAC
a finales de los años cincuenta; o la famosa crema facial Pond’s, también de la
misma época. Las pantallas también han sido –y todavía son- cómplices en el
servicio del mercado. Pero no tan solo se trata de un mercado de productos y de
la consumición de éstos; sino que la publicidad se ha convertido en la venta y
creación de nuevos arquetipos, difundiendo un estilo de vida concreto. “Antes
la publicidad consistía más en vender un producto directamente, sin tapujos; en
cambio ahora se venden comportamientos, actitudes, estilos de vida”
Y toda esta explosión de información,
moralidad, publicidad, modernidad, ambición, etc., ha generado una carrera
constante, superando límites, en una proliferación exponencial que nunca es
suficiente. “La Pantalla exceso muestra como la imagen se ha convertido en una
imagen excesiva, cada vez más fuerte tanto temáticamente (sexo, velocidad,
violencia, etc.), como de formas (saturación de la banda sonora, ritmo de
montaje, etc.)”. Escenas a toda velocidad, carreras imposibles, balas que se
escapan, caída libre, Vértigo, Alicia precipitándose a la madriguera en su País
de las Maravillas, montañas rusas...”Vivimos en una realidad que se muestra de
modo paroxismal. Lo que prevalece ya no es el relato ni el sentido, sino la
proliferación de imágenes, la orgia de medios”. La realidad, el mundo, ya
complejos de por sí, son mostrados hipertrofiados.
Si las pantallas transmiten toda esta
diversidad de contenido convirtiéndose en artífices y en intermediarios de la
sociedad; también se convierten en auténticos vigilantes. Google maps, GPS, sistemas
de video vigilancia... Son múltiples las posibilidades en que la pantalla explota nuestra
vida. “La gente está constantemente fotografiada, filmada, grabada y no somos
conscientes de ello; pero tampoco hay que olvidar que nosotros mismos, de forma
voluntaria, ofrecemos y difundimos en la red nuestra intimidad mediante las
redes sociales como Facebook”
No es oro todo lo que reluce, dicen. Ésta
puede ser la máxima que rige Pantalla Global. No todo lo que se nos enseña en
la Pantalla es cierto ni falso, ni blanco ni negro. Se trata más del sapere
aude de la Ilustración; un “atreverse a saber”, a conocer, a ir más allá
de lo que se nos muestra.
Enlace de interés:
Vídeos de la exposición: http://www.cccb.org/ca/exposicio-pantalla_global-39450
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